Tuesday, May 26, 2009

Work begins / Manos a la obra

She sees us coming, her small dark eyes light up as she runs to meet us. It's Saturday, a few minutes before 8 am. Today the school is empty, but she is one of the many children living in the small house adjacent. As all of them, HIV has stolen her parents and many illusions. Constance is 5 years old, her shyness begins to disappear after a few encounters, now she wants to play, to enjoy with friends, to learn, to live.
As Constance, the school principal Mr Mumba, a few teachers, parents and guardians are waiting for us to begin the task. Peter, a friend from the town has helped us to organize and purchase the materials the day before.
Defoliated the walls of the old posters pasted from small inspirations of children 7 years of age, more posters to prevent early pregnancy and others related to HIV, a topic of every day life and in every family in Kapiri. Spatulas bring traces of old paint; steel brushes produces a white cloud of dust, and our bodies dance to "Ona Mami" which plays on a dynamo radio. Meanwhile the cement is being prepared to cover the holes at the top of the walls and to enhance the entrance ramp to the classroom.

At noon, the fatigue, hunger and thirst, invites us to taste a dish full of Nshima, some chicken legs and a cold bottle of coca, and plan the afternoon of brush painting. Close to 14 hours, white and blue colours that were chosen by children themselves began to take on new and improved look. Night is coming; the three classrooms and some outside walls have received his first coat of paint.We all have a smile on our faces. Constance is still playing…


Ella nos ve venir, sus pequeños ojos oscuros se iluminan y corre a nuestro encuentro. Es sábado, unos minutos antes de las 8 de la mañana. Hoy la escuela esta vacía, pero ella es una de los tantos niños que viven en la pequeña casa contigua. Como a todos ellos, el HIV le ha robado sus padres y muchas ilusiones. Constance tiene 5 años, una timidez que comienza a revelarse después de algunos encuentros, y muchas ganas de jugar, de disfrutar con sus amigos, de aprender, de vivir.
Tal como Constance, el director de la escuela Sr. Mumba, y unos pocos maestros, padres y tutores, nos están esperando para comenzar con la tarea. Peter, un amigo del pueblo, nos ha ayudado a organizarlos y comprar los materiales el día anterior.

Deshojamos las paredes de las viejas cartulinas pegadas, de las pequeñas inspiraciones de niños de 7 años, de algunos carteles previniendo el embarazo en la adolescencia y de otros relacionados con el HIV, un tema de todos los días y de todas las familias en Kapiri. Las espátulas traen consigo rastros de pintura vieja, los cepillos de acero levantan una polvareda blanca y nuestros cuerpos bailan al ritmo de “Ona Mami” que sonaba en una radio dínamo. Mientras tanto, se prepara el cemento que tapara las forzosas ventilaciones en lo alto de las paredes y mejorara la rampa de entrada a las aulas.

Llegado el mediodía, el cansancio, el hambre y la sed, nos invita a saborear un plato lleno de Nshima, algunas patas de pollo y una botella de coca fría, mientras planeamos la tarde de brocha y pintura. Cerca de las 14 horas, los colores blanco y celeste que fueron elegidos por los niños, comienzan a dar otro aspecto a las viejas aulas.
Cuando la noche se avecina, las tres aulas y algunas paredes de afuera han recibido su primera mano. Todos mostramos una sonrisa en nuestras caras. Constance sigue jugando...